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NO TENGAS ESPERANZA

  • Foto del escritor: Marco A. Jacinto
    Marco A. Jacinto
  • 21 jun 2019
  • 2 Min. de lectura

Es importante primero entender lo siguiente:

hablar sobre lo peligrosa y dañina que puede ser la esperanza: la condición mental donde se genera dolor, se prolonga el que ya se tiene o se cura

Esta tiene el efecto de hacernos la ilusión de que algo va a ocurrir y cuando no es así puede o prolongar el sufrimiento que ya traíamos (porque después de todo es una ilusión...) o en pocos casos puede que triunfe.


Al menos una vez hemos escuchando "nosotros somos nuestros peores enemigos" y hay mucho de razón, nuestra mente y en concreto nuestra imaginación es un arma peligrosa porque 'consciente mente-inconsciente' nos hacemos ideas que nos hieren pero se hace aún peores cuando sobre esas ilusiones predomina la duda



SOBRE TU EX:

Es inevitable al principio y en ciertos casos hasta en mucho tiempo estar al pendiente de nuestros ex's, stalkear sus redes sociales, últimas conexiones y de ahí parte esa imaginación maliciosa porque ya sabemos (de ante mano) horarios de trabajo, escuelas, actividades, etc. Entonces creamos historias, ideas e imaginamos que "si ya salió del trabajo y no ha llegado a su casa, probablemente esté con alguien"


Es ahí cuando nos volvemos nuestro enemigo porque ya sabemos que esa persona no nos pertenece pero de alguna manera sentimos un derecho sobre el/ella

Y mantenemos esa esperanza de que volveremos pero día a día tienes muy presente esa indiferencia de su parte y duele recordar que la persona que era todo para ti ahora solo se concentra en olvidarte y la duda de no saber si ya esta o no con alguien cala demasiado por que no importa el lado que sea siempre habrá dolor: si no esta con nadie la esperanza se prolonga por lo tanto también el dolor de la indiferencia y si ya esta con alguien más dolerá aún más porque esa persona ya dio el paso que tu 'esperanza' de volver no te deja, es por eso que no nos dejamos sanar porque estamos consciente del sufrimiento que nos genera pero seguimos aferrados a una ilusión que, aunado con la duda, nos mantiene derrotados


Cuando llorar, gritar, hablarlo, desahogarnos ya no funciona o no es suficiente debemos de ser aún más valientes, sacar esa fuerza de donde menos lo pienses y buscar ayuda, ya sea clínica (profesional) o en la fe, aunque no es necesario predicar alguna religión, acercarse a Dios trae, de alguna manera inexplicable, paz en nuestra mente, corazón y alma



No necesito recordar en cada escrito que todo esto me paso a mi, se de lo que te hablo

Por tu paz, por tu calma emocional, por tu evolución personal, Por favor... No te dejes vencer

 
 
 

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